La soledad invadía mi alma, la lluvia no cesaba en mi corazón,
el vacío era inmenso, la agonía era lenta...
Con la mirada puesta en el cielo,
mi alma imploraba poder reflejarme en tu mirada,
poder decirte al oido, cuanto te amaba...
El viento soplaba, y a lo lejos escuchaba
tu voz en medio de la nada, mi corazón palpitaba,
mis ojos lloraban, y mi alma se desangraba...
Pero el sol salió, alumbrando mi vida,
y el día menos esperado, te trajo a mi vida,
sólo una mirada basto, para saber,
que te amaría por el resto de mi vida...
La busqueda había terminado,
encontre lo que estaba buscando,
ese día comprendí, que el amor no se busca,
simplemente llega cuando menos te lo esperas,
es sólo cuestión de esperar...
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