sábado, 27 de agosto de 2011

Suicidio...

Tengo frio, donde estoy? Tengo miedo por favor alguien me escucha…
sentada en un rincón no veía nada a su alrededor , en medio de la oscuridad lloraba de desesperación… de repente se hizo la luz y pudo ver a su madre llorando desesperada por despertarla pero todo era en vano allí yacía en el suelo fría pálida y distante con la mirada perdida, trataron de resucitarla pero era demasiado tarde parecía que esta vez su intento de quitarse la vida había dado resultado… desconsolada lloro, lloro al ver a su madre que moría de dolor, lloro por todas aquellas veces que la lastimo, por no valorar el esfuerzo que ella hacía por darle lo mejor, era tanto su dolor que entre el llanto miro al cielo y suplico: Dios si me escuchas quiero pedirte perdón, no era mi intención causar tanto dolor, se que tome la peor decisión pero cuando más te necesite nunca estabas a mi alrededor, cuantas veces te busque y no te encontré, te llame y nunca respondiste, te pedí ayuda y nunca me la diste, suplicaba que por lo menos me llevaras, cuantas veces no te lo pedí y nunca me llevaste es por eso que aun sabiendo que no me perdonarías decidí quitarme la vida… yo sé que es demasiado tarde para pedir perdón, pero en verdad te pido perdón desde el fondo de mi corazón, espero que entiendas que lo único que yo quería era poder verte a los ojos, sostenerte de la mano y sentir tu amor, pero ahora es demasiado tarde me deje llevar por la tristeza y el dolor, y ahora estoy pagando mi condena en este cuarto oscuro donde las voces me atormentan y me susurran en silencio que el mal triunfo…

Sus ojos se le llenaron de lágrimas al levantar su rostro y sentir la presencia de Dios una luz la envolvió en un manto lleno de amor, trato de buscar un rostro pero la luz resplandecía intensamente y no la dejaba ver más allá, pero aun sin ver sabía que Dios estaba a su lado, podía sentirlo, sentía como sus heridas del alma sanaban, sabía que Dios la amaba…
Una voz le decía que tenía que regresar que todavía no era su hora, pero sus lágrimas rodaron de nuevo por sus mejías, y en voz baja suplico: quiero quedarme contigo, no me mandes de regreso por favor, te lo suplico tengo miedo, miedo de caer, miedo de lastimar pero sobre todo miedo de perderme de nuevo y no encontrar el camino que me lleve de regreso hacia ti, no ves que toda mi vida te he buscado y ahora que te encuentro no quiero separarme de ti, no me sueltes de tu mano, por favor te lo suplico, no quiero regresar… lloraba desesperada mientras sentía que poco a poco la luz se desvanecía…

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