Y de repente despiertas y te das cuenta de que estás viviendo una vida que no es la tuya, te levantas todos los días haciendo las mismas cosas, cosas que a la larga son obligatorias, el trabajo el estudio, y los compromisos, pero llego un momento en el que dejaste de sentir, en que momento me convertí en un ser que se mueve solo por inercia, en que momento me convertí en un ser insensible, un ser sin ser.
Me conforme con cumplir las expectativas de los demás, me olvide de mi mismo y deje de hacer aquellas cosas que me hacían feliz.
La rutina me está matando lentamente, me olvide de respirar, me olvide de vivir, me olvide de la niña que vive dentro de mi, esa niña que amaba sentir el viento, caminar descalza, la que amaba la naturaleza y le encantaba cantar mientras se duchaba, hay como extraño las cosas sencillas, esas cosas que te enseñan lo que realmente importa en la vida.
Soy un alma libre prisionera de la rutina, me conforme con ver desde mi jaula los años pasar, años que por más que quiera nunca regresarán, muchas veces elegimos lo seguro, evitamos correr riesgos, elgimos ya no sentir más. El miedo, el dolor son necesarios para hacernos reaccionar y recordarnos que seguimos vivos.
Estamos tan acostumbrados a seguir las reglas del juego que nos da miedo volar tenemos tanto miedo al cambio, a nuevas ideas, nuevas personas y nuevas experiencias.
Despierta! Ya es hora de que despiertes de está pesadilla en dónde te has convertido en un robot manejado por un sociedad que lo único que quiere es hundirte en tú propia miseria. Tú naciste para salirte del molde, naciste para hacer la diferencia, naciste para ser Libre...
